Chapuzón centenario

La Copa Nadal, organizada por el Club Natació Barcelona,

celebra el viernes en aguas del puerto su edición número 100

Por Ramón Álvarez (Barcelona)

"El Club de Natación Barcelona, en vista del éxito obtenido el invierno anterior con el campeonato de natación que se celebró en enero último, ha decidido organizar todos los años en 26 de diciembre, empezando por el presente, un concurso de natación que comportará una carrera de 200 metros y ha instituido la Copa de Navidad". Con este anuncio, aparecido en La Vanguardia el 26 de noviembre de 1908, quedaba inaugurado un trofeo que el próximo viernes celebra su edición número 100.

No fue la primera prueba de natación que se celebró en España, le precedieron diversas exhibiciones y la Copa Solé, organizada meses antes por el barcelonés gimnasio Solé con la colaboración del recién constituido club, aunque sí la primera que tuvo continuidad —sólo dejó de celebrarse durante la guerra civil—, que siempre se ha disputado sobre una distancia de 200 metros y la única que ha seguido celebrándose en el mismo escenario: el puerto de Barcelona.

Aunque el objetivo de aquellas primeras ediciones, más allá de la competición, no era otro que "demostrar la necesidad y utilidad de que un hombre pueda echarse al mar sin ningún peligro, cualquiera que sea la temperatura del agua", la Copa Nadal pronto se convirtió en un referente ciudadano. Hasta el punto que ya en esa segunda edición el rey Alfonso XIII ofreció una copa de plata que se convirtiría en el primer trofeo de la competición. Desde entonces, la prueba barcelonesa se convirtió en el campeonato de natación de invierno de España. El de verano, lógicamente, también lo organizaba el club fundado y presidido por Bernat Picornell, por aquel entonces el único en España, donde también nacieron las federaciones española y catalana de natación, con el objetivo de poder participar en competiciones internacionales.

"Empezamos con 10 participantes y estamos en los 300, sin haber desistido nunca, pese a las dificultades y a que a menudo nadie nos hiciese caso", explica el actual presidente del club, Sebastià Millans, que a sus 82 años conoce muchos de los avatares de una competición que ha sabido seducir a cinco generaciones de barceloneses en épocas y circunstancias dispares y que sigue manteniendo tanto su carácter deportivo —es la primera prueba del calendario de travesías de la federación catalana— como lúdico. Aunque ahora tenga también un marcado carácter identitario. "Es una enseña del club y de la sociedad barcelonesa", concluye.

Desde el agua, quien mejor conoce lo que es y lo que significa esta competición es Jordi Casas, que este año nadará su 56ª Copa Nadal. Empezó a los 13 años y no ha dejado de disputar ninguna. "Menos mal, porque si no, los que me persiguen, con 52 o 53 ediciones a las espaldas, me habrían pillado", explica. Casas fue de los que empezaron a tirarse a las aguas del puerto con un espíritu deportivo, para tratar de alcanzar a los mejores, y ahora lo hace por devoción, como una cita personal irrenunciable. Como anecdótica, recuerda la edición de 1962, "cuando la nieve te llegaba hasta las rodillas". Eso no amilanó a los participantes ni a la organización, que para evitar que los nadadores pasasen frío fuera del agua —contra un mar gélido no podía luchar— acercó la barcaza desde donde saltan los nadadores a 100 metros de la llegada y dispuso un recorrido de ida y vuelta. Lo único que lamenta este histórico es no haber contagiado su afición a sus hijos. "No se han tirado nunca".

Tampoco lo ha hecho Enric Bertran, presidente de la federación catalana, que se declara un seguidor y defensor de la prueba, pese a provenir de otro club de la ciudad, el Montjuïc. "La Copa Nadal siempre ha estado por encima de cualquier rivalidad —explica—, aunque yo siempre he sido un hombre de waterpolo, otro deporte que también le debemos al Barcelona". Bertran se felicita porque la edición 100 de esta travesía sirva para cerrar el año en que la natación catalana —y, por extensión, la española— ha completado su mejor ejercicio. "La historia y el futuro se darán la mano este 25 de diciembre".

Clica per veure l'article original (21-12-2009)