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Puedo decir que ha sido la mejor temporada de mi carrera profesional. Hacer un pódium en Copa del Mundo es algo que siempre había soñado y llego el día que menos me lo esperaba, en Hungría. Había entrenado muy bien todo el año pero quizás me faltaba ese puntito de más para estar en los puestos de top10 y soñar con el pódium. Salió una carrera perfecta. Estar en el pódium fue algo muy bonito y me dio la posibilidad de estar en la final de Londres, que ha sido un gran premio para acabar la temporada. El balance ha sido muy bueno, mejor de lo esperado yo diría.
En pocos días llega el periodo de descanso para muchos triatletas. ¿Qué haces tú para desconectar y descansar antes de afrontar una nueva y exigente temporada?
Como bien dices, el descanso para mí es muy importante y lo que hago es desconectar totalmente del triatlón. No sigo pruebas, apenas salgo a correr ni cojo una bicicleta y tampoco me tiro a la piscina. Intento desconectar lo máximo. Alguna vez he aprovechado que hacía la última prueba en el extranjero y me quedaba ya de vacaciones fuera, pero este año al acabar la temporada aquí, me quedaré en Barcelona.
En este periodo aprovecho para hacer lo que durante el año no puedo hacer tan a menudo como ir a cenar o tomar algo con los amigos. Me mantengo haciendo algo de deporte y suelo practicar surf, windsurf o jugar a paddle, pero intento olvidarme lo máximo del triatlón.
Estamos en un año previo a la fase de clasificación para los JJOO de Río de 2016. ¿Cuáles son tus objetivos principales para 2014?
La clasificación olímpica empieza a mitad del año, hacia el mes de mayo/junio, así que el objetivo es llegar ahí al máximo. Habrán varias pruebas preparatorias y lo más seguro es que con mi resultado en Londres, pueda estar ya disputando la primera World Serie en el mes de marzo o abril. Utilizaré esas carreras para irme posicionando en el ranking y cuando llegue el mes de junio, luchar desde la primera carrera con mis compañeros para conseguir las plazas para España y luego intentar ser uno de los tres mejores.
Aunque más que el 2014, el año importante será 2015 y parte de 2016 porque puntuarán más pruebas y cuando se acercan los Juegos es cuando todo cobra importancia. Este año he conseguido mucho más de lo que esperaba, pudiendo estar en la final de Londres, y a partir del año que viene el objetivo es seguir así y puntuar desde el principio en el ranking olímpico. Y sobre todo, ser muy constante, porque al final eso es lo que te da el derecho a las tres plazas. De nada sirve hacer una muy buena carrera y luego pinchar. Estar entre las 10-15 primeras posiciones será lo que determinará estar en Río o no. Pero antes de eso, aún me quedan un par de pruebas para cerrar esta temporada.
Siempre has dicho que los JJOO han sido tu sueño. ¿Cómo sería poderlos compartir con tu hermana Anna? ¿Consideras que es tu última oportunidad para poder disputarlos?
Ya lo dije en el documental que protagonicé que sería un bonito sueño. Tanto mi hermana Anna como yo hemos crecido en un ambiente muy deportivo por mi padre, y por todo lo que nos ha rodeado desde pequeños. Nos hemos formado en un club, el Club Natació Barcelona, donde se vive mucho el waterpolo y la natación. En estos deportes el objetivo es estar en unos JJOO, y como personas que llevamos toda la vida dedicándonos nos haría mucha ilusión y porque no, poder realizar ese sueño los dos a la vez. Pero no es fácil.
En mi caso, con 29-30 años y tal como está evolucionando el triatlón, quizás sí que sea la última oportunidad que tenga. He dejado pasar dos oportunidades, pero ha sido por el nivel de otros atletas que no he podido estar en la selección. Sí que para esta vez llego en mi mejor momento personal y profesional, en la madurez deportiva y en la mejor edad para un deporte de resistencia. Me he fijado esta meta y voy a dejar la piel para conseguirla.
En poco más de dos semanas se disputa en tu ciudad, el Garmin Barcelona Triathlon. El año pasado compitieron cerca de 7.000 triatletas. ¿Cómo ves el furor del triatlón amateur?
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Para los que no lo conozcan, ¿nos podrías explicar un poco cada segmento de la carrera y el ambiente que se vive esa mañana en la playa de Barcelona?
Cada disciplina es muy particular. Nadamos en aguas abiertas, en el mar, y hay que saberse orientar. También es importante, aunque a veces es imposible, evitar los golpes al salir todos juntos. Es muy distinto a nadar en la piscina, y es lo que la mayoría de gente comenta. La bicicleta no tiene mucho secreto, pero hay que saber ir en grupo, y más aquí que es un triatlón muy numeroso. Además es muy bonito porque “la Garmin” pasa por lugares emblemáticos de la ciudad de Barcelona. Y al final, la carrera a pié es a una sola vuelta de 10km, lo que no es muy habitual y creo que eso ayuda al boom de inscripciones que tiene.
La saga Godoy ha marcado una época en el triatlón nacional. ¿Qué importancia tuvo y tiene tu familia en que te dediques al triatlón?
El cien por cien. Mi padre fue el mejor triatleta español del año 90 al 94, campeón de España en cuatro ocasiones e incluso ganó también el título de duatlón. Yo lo acompañaba junto con mi madre todos esos años y soñaba algún día poder practicarlo. Pero en aquella época no había tanta promoción, ni triatlones para niños. Tuve que esperar a los 14 años, cuando ya me pude empezar a dedicar en categoría juvenil.
En mi casa se vivía cuando no era conocido e incluso la gente en clase apenas sabía lo que era y me preguntaban a que se dedicaba mi padre. Ahora la cosa ha cambiado mucho y todo el mundo sabe que es. Mi padre no se dedicó profesionalmente, pero al nivel que me tengo que dedicar yo, sí que lo soy. Es muy bonito poder seguir haciendo lo mismo en casa y compartir las experiencias que vamos viviendo.
¿Le inculcarías el triatlón a tu hijo (si lo tuvieras)?
Sí, por supuesto. Evidentemente, si tengo algún día hijos (risas), me gustará que hagan deporte. Lo que haré seguro es enseñarle a nadar pero cuando sea mayor, que él decida y que disfruten haciendo lo que más les guste. Si quieren practicarlo, tendrán un padre y un abuelo que lo habrán practicado. Pero al final, uno a nivel profesional acaba muy quemado y prefiere olvidarlo porque es un deporte muy sacrificado y no todo el mundo tiene las ganas y la motivación. Veremos también cómo evoluciona la sociedad. Tengo un hermano más pequeño y ya le veo que, aunque hace natación, le cuesta más que a mí o a mi hermana.
Ya para ir acabando y hablando del futuro del triatlón. Te proclamaste Campeón de España de triatlón sprint en Altafulla este verano. ¿Cómo ves la futura generación de triatletas nacionales?
En los últimos años el nivel ha sido altísimo. Soy un poco mayor que ellos y he visto ganar títulos a Mario Mola o Fernando Alarza, campeones del mundo junior y grandes resultados en sub23. Y ahora en élite lo están haciendo genial. En la generación que viene detrás, si han salido ahora, seguro que van a seguir saliendo talentos. El problema es que los que han salido ahora son tan buenos que los chicos que vienen ahora por detrás les va a costar un poco repetir. Es un poco lo que le puede pasar al Barça.
Seguro que saldrán triatletas entre los diez mejores de su categoría, que son grandísimos resultados, pero el listón está muy alto. Para mi Javi Gomez Noya es el mejor triatleta de la historia y parece que el resto que venimos por detrás lo hacemos bien, con un 10 o un 15 en carrera y pero tenemos la sensación que la gente no lo valora. Lo hacen tan fácil que parece que no tenga mérito. Pero seguro que tal y como está el triatlón en España van a seguir saliendo jóvenes talentos con muchas ganas y seguirán dominando las categorías menores.
¿Y la gestión federativa que se está llevando a cabo en estos momentos de crisis?
Es complicado porque no solo lo están sufriendo las federaciones. Como todos, hay que apretarse el cinturón y es cierto que no hay todas las ayudas para el deporte que nos gustarían pero hay que adaptarse. Por otro lado, sí que ha habido algunas acciones que no estoy de acuerdo o no he compartido, como ya se hizo público en el pasado de aumentos de sueldos y demás en tiempos difíciles. En nuestro caso tenemos unas normas y hay que aceptarlas, estemos o no de acuerdo. Si no hay tanto dinero para viajes o para becas, tendremos que entrenar más, ser mejores y ganar más carreras, y buscar recursos en la empresa privada para poder seguir siendo deportistas.
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