Por picos, palas y azadones para enterrar los cadáveres del adversario, cien millones de ducados; ciento cincuenta mil ducados en frailes, monjas y pobres, para que rogasen a Dios por la prosperidad de las armas españolas; cien mil ducados en guantes perfumados para preservar a las tropas del mal olor de los cadáveres de los enemigos tendidos en el campo de batalla; ciento sesenta mil ducados en poner y reponer campanas destruidas por el uso continuo de repicar todos los días por nuevas victorias conseguidas sobre el enemigo; y, finalmente, cien millones por mi paciencia en escuchar ayer que el Rey pedía cuentas al que le había regalado un reino.
Certes o no, els comptes del Gran Capità han arribat als nostres dies com expressió de despeses desorbitades, incoherents i arbitràries. Amb no poca dosi d'exageració, però també amb un innegable fonament, podríem dir que la informació financera proporcionada avui dia per algun club esportiu i social recorda els comptes del Gran Capità.
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Blavor, l'himne del CN Barcelona (any 1975)
Blavor, amb el baríton Marcos Redondo (any 1932)
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