“El Ironman no es ni inhumano ni para superhombres”

En la historia de los Ironman, la competición que más pone a prueba los límites del cuerpo humano, el nombre de Marcel Zamora (CNB) aparece con letras de oro. El atleta barcelonés, de 29 años, es el único español que ha logrado ganarla. Sucedió el año pasado, en Niza, después de convertirse también en el primer español en conquistar un medio Ironman. El 20 de mayo, comparecerá en el de Florida y luego en Mónaco, antes de intentar el asalto al Ironman de Hawai, la meca y el sueño de todo triatleta.

Perfil

A los ocho años, Marcel Zamora corría crosses y carreras de fondo, salía en bicicleta con su hermano y pensaba sólo en el deporte. Cuando tenía 16, animado por tres compañeros de clase, se estrenó en el mundo del duatlón. Fue un primer paso hacia el triatlón, mundo en el que se adentró después de que en el Club Natació Barcelona le animasen a nadar. En su estreno, en las categorías inferiores, ya se subió al podio. Y, desde entonces, no ha parado. Campeón de Cataluña de duatlón olímpico (2002, 2004), campeón de Cataluña de triatlón absoluto (1998, 2003, 2004, 2005), subcampeón del mundo de duatlón de larga distancia (2005), Marcel Zamora es uno de los apenas 10 españoles que practica profesionalmente este deporte; el primero en ganar un Ironman (Niza 2006), y un medio Ironman (Mónaco 2006) y miembro destacado de la generación de oro que componen Iván Raña, los hermanos Llanos, Javi Gómez Noya y Ainhoa Murua.

¿En qué consiste un Ironman?

En nadar 3.800 metros, hacer 180 km en bicicleta y correr un maratón.

¿Hay cuerpo humano que pueda resistir eso?

¡Claro! Es un esfuerzo muy grande, pero no inhumano ni de superhombres.

¿Está seguro?

Sólo le diré que un Ironman lo disputa todo tipo de gente, también personas mayores, de entre 60 y 70 años.

¿Y cuánto tiempo pueden emplear?

Pues el límite está en 15 ó 16 horas. Hay personas que, sólo en el maratón, ya emplean cinco horas.

¿Y usted?

Unas ocho y media en total.

¿Y cómo se le queda el cuerpo cuando acaba?

Cansado, pero la recompensa que obtienes al final es fantástica. Del primer al último participante, todos se sienten ganadores.

¿Eso es lo que hace que tanta gente se haya enganchado a este deporte?

El Ironman está considerada como la prueba de un día más dura que existe. Si logras acabarla, sea en la posición que sea, has logrado un reto personal. Y eso engancha mucho.

En una prueba tan dura ¿qué cuenta más: el físico o la cabeza?

La cabeza, sin duda. Los límites del cuerpo son desconocidos, pero, si no tienes capacidad de sufrimiento, si te falla la cabeza, es muy difícil que acabes una prueba así.

De hecho, usted no tiene un físico imponente. ¿La gente se sorprende cuando le ve?

Algunos sí que lo han hecho. Quizá se esperan un tipo más fortachón: yo mido 1,74 metros y peso unos 65 kilos.

¿Se necesita un físico determinado para practicar un Ironman?

No, aunque las características cardiovasculares, el tipo de musculatura y la estructura ósea de cada cual tiene su importancia. En un triatlón corto, el físico tiene más importancia.

Pero hay que estar muy entrenado ¿no?

Sucede como en un maratón: que lo disfrutas más si vas bien entrenado. Si no, vas a sufrir.

Debe de ser muy duro entrenarse para una prueba tan exigente.

No es tan agobiante como prepararse para un maratón, es más variado y menos aburrido.

¿Y cuántas horas se entrena al día?

Entre dos y seis. Y, cuando preparo una competición como la de Hawai, que es la final mundial, unas siete.

¿Cómo las reparte?

En dos sesiones. Por la mañana, suelo correr e ir en bici, y, por la tarde, nadar. A veces, añado una tercera sesión de gimnasio.

Pero usted trabaja también. ¿De dónde saca el tiempo?

Soy monitor del Club Natació Barcelona, donde también me entreno, y, en épocas de entrenamiento fuerte, sólo trabajo unas dos horas. También tengo un grupo de unas 20 personas a las que les hago entrenamientos personalizados a través de Internet.

¿Ser el único español de la historia que ha ganado un Ironman no le permite vivir sólo de su deporte?

No es fácil. Ahora soy un referente y los patrocinadores me valoran más porque saben que soy un gancho. Pero hasta llegar ahí cuesta mucho. Tienes que trabajar para poder financiarte los viajes, entre otras cosas.

¿Sus padres le ayudaron?

Pese a que no son deportistas y a que consideran que este deporte es una locura, he tenido la gran suerte de que siempre me han apoyado. No buscan la parte negativa y ahora están muy orgullosos de lo que he logrado.

¿La gente le reconoce por la calle?

Sí, hay gente que me reconoce y me pide una foto. Éste es un deporte que cada vez tiene más aficionados y practicantes en España.

Pero no es un deporte para niños.

No; es más tardío. Se empieza en la adolescencia, con 15 ó 16 años, porque requiere un gran esfuerzo físico.

Font: SportMagister