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¡Mama mía! ¡Qué grandes sorpresas nos depara el CN Barcelona en Internet! Por supuesto que hemos telefoneado al núm. que aparece en su página web esperando poder contactar con el tal Robin, o con el mismísimo Batman, e interesándonos en pertenecer a la gran familia cenebista. Pero quien nos informa (somos dos quienes le llamamos) es un tal Georges, de procedencia francesa. Nos informa de que ya ha apadrinado a decenas de nuevos socios, desde el día en que él se hizo socio hace ya muchos años. Y que le quedan justamente dos invitaciones para enseñarnos el club y disfrutar durante un día de sus instalaciones. Nos advierte de que por el hecho de ser apadrinados por él, nos ahorraríamos los derechos de entrada, unos 600 euros. Nos dice (¡ojo!, un tipo que ha hecho, según él, innumerables visitas guiadas) que desconoce cuántas pistas de pádel hay, —"No recuerdo si dos o cuatro". Patina miserablemente cuando nos asegura que la piscina olímpica (pero bueno, ¿es que ha sido la piscina de algunos Juegos Olímpicos?) ¡¡mide 100 metros de largo!! Le digo que si está seguro y me reitera que sí, ¡¡que mide 100 metros de largo!! Además, que está libre de cloro, desinfectada con ... ¡¡ozono!! Y para acabar, y ya haciendo enormes esfuerzos por reprimir nuestras carcajadas a través del teléfono, lo remata afirmando que las máquinas de la sala de fitness son de ultimísima generación, cuando todos sabemos que la gran mayoría están para jubilar. Un verdadero crack el amigo Georges, personaje al que el ínclito Sebastián Millans debería condecorar con la medalla del Club a la cara dura. Y si no existe dicha medalla, que se la invente, que premiados no le faltarían, incluso entre los miembros de su propia Junta Directiva. |
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